Búscate a alguien que te coma con la mirada. Que te abarque al abrazarte, y que lo haga con tal fuerza, que se te salgan las tripas por la boca. Que te bese en todos los semáforos, y que después quiera lanzarse contigo bajo las ruedas de un camión. Que te cubra con una manta cuando te quedes dormida, y que le tenga envidia al sueño por no dejarle ver quién eres cuando cierras los ojos.
No busques que te inviten a copas, que te paseen en coche, que te hagan regalos, que te follen medio bien y que te digan cosas bonitas... Eso puede hacerlo cualquiera.