viernes, 25 de septiembre de 2009

Un bloody mary por favor!



¿Cómo es posible que un libro con un final tan feliz me de tantas ganas de llorar? Serán efectos secundarios de la ficción. Quizá sea porque estoy sola en el salón, un jueves en Santiago y escucho a la gente de la calle. Riéndose, coreando el himno del Barça, coreando alguna que otra rumba, alguna de azúcar moreno o algún cántico popular. Sin conocerse de nada, todos tienen algo en común, el alcohol ya hace efecto. Y ahí estoy yo. Sentada con los pies sobre el respaldo del sofá, miro el cenicero y mi cigarro se acaba de consumir tras apenas dos caladas ya que lo dejo abandonado por escribir esto. Pienso ¡joder! ¡yo también quiero que alguien se sienta así con algo que salga de mi puño y letra! y es entonces cuando viene a mi mente aquella historia olvidada meses atrás: Candela, Carol, Boris, Lucas, Lara y Gabi, y aquello que pensé que nunca tendría título ya lo tiene y la ilusión vuelve a mi. Empiezo a reirme como una loca y solo puedo decir: un bloody mary por favor!

3 comentarios:

  1. Vale bien, me alegro porque haya más inspiración, pero nada de olvidarse de Mercutio, no eh!! Que me enfado

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  2. es de Primark! yo quiero comprar máaaaaas

    besín

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